sábado, 14 de septiembre de 2013

Destilerías gaditanas...




          Serían las 21.00 h cuando llegó el fontanero, cargado con la herramienta... al viejo estilo. Luego apareció el gato, inquieto, pendenciero.

          Durante las pruebas de sonido, sin querer, de una revista post-moderna surgió una diseñadora de moda con una chupa verde, que indicó con soltura que solo le interesaba la cultura, y todo lo demás en general. Mientras, apoyado en la barra, Joey Ramone simulaba no hacer caso a nada, aunque en realidad no perdía detalle de todo lo anormal.

          Serían las 22.30 h cuando Carámbano, junto a cuatro mil millones de personas, comenzó a destilar. Ansioso, febril, tiritando de frío, animal, pero con calma absoluta, consciente de su esencia de hielo azul, blanco o transparente, de paciencia.

          Palmas, sonrisas, ojos expectantes.Suplicantes.

          Palabras entrecortadas por seis cuerdas de guitarra, o de contrabajo, una palabra amarrada y bailando sin piedad entre esa dulce (o salada) cordura, atenazada por tanta locura.

          Cosas guardadas para ti, entre lluvias que llueven sin querer, pero que acaban por empaparte quieras o no quieras, que acaban por empaparte todo entero, hasta el alma, al anochecer.

          Y en un descuido, un beso bibliotecario e infantil... que sabe a Nerudas o a Shopenhaueres, o a otros misterios que  se asoman detrás del atril..

          Un escritor que escribe y escribe sin parar, y sin acabar  de nacer del todo, aunque le pese para siempre. Sin estar del todo, pero tampoco ausente.

          Una buena conversación, o dos, cervezas y patatas fritas con sabor a limón. Una fotografía. Y el gato se encarama en el sillón.

          Y a Stefano se le caen las palabras: Ha sonado genial -dice-, profesional, intenso. y cálido, como un pecho con corazón incluido!... en un descuido (del corazón).

            Un buen comienzo, siempre es un buen comienzo. Mientras un diminuto y dormido mp3 (fundido en negro) graba 1 hora 28 minutos y 35 segundos de nuestra vida, para siempre. En castellano, vietnamita o en inglés.

          Y al volver a casa, como de costumbre,  el gato ronronea y sonríe. Abracadabras.  Llevándose, tesoro precioso,  en una pata una imagen... y mil palabras.


( J + S, septiembre 2013)















No hay comentarios:

Publicar un comentario