miércoles, 26 de junio de 2013

Seis cuerdas...



Una vez vi colgada de una pared llena de ojos a una guitarra sin cuerdas.

Una guitarra que empezó a contarme una historia de un hospital de locos, o de leprosos, o de sifilíticos mentales.

Una vez vi colgada a una guitarra que sonaba como si tuviera seis cuerdas... a veces cuatro.

(J + S, junio 2013)





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