Malasaña, además de ser mujer y de llamarse Manuela.
Malasaña, además de ser hija de un panadero francés y de
levantarse contra los franceses.
Malasaña, además de tener el ceño fruncido, debe ser un país
imaginario, o una ciudad por construir.
En la ciudad de Malasaña hace muchos años que un jovenzuelo
se tropezaba por sus esquinas de pan y se enredaba las piernas con los gatos
que por allí se retorcían y le hablaban en francés.
Ahora ya no hay franceses contra los que levantarse. Los
franceses, antes ufanos y enemigos, se convirtieron en personas sencillas, dulces
y amables que, eso sí, hablan un idioma
raro, yo creo que deben hablar alemán o algo parecido.
Ahora en Malasaña, todas las noches se levanta la señora
Paca. Mujer sencilla, dulce y amable que abre las puertas de su casita a todo
caminante que por allí se deje caer. Con Carámbano no hizo una excepción.
Por ello Carámbano, también sencillo, dulce y amable decidió
destilar unas gotitas de su temperatura congelada en la casita de la señora
Paca. Buen lugar para reencuentros.
Este jueves, a pesar de que los jueves no existan, Carámbano
deslizará, entre esquinas de pan y gatos enredados, un trocito de su esencia. Para
que le vayan conociendo los franceses y el resto de la humanidad posible.
Media horita de Carámbano en una casita singular del
madrileño barrio de Malasaña, que muy pronto será una ciudad, o un par de países.
Sin levantamientos.
(J + S, noviembre 2013)
Café- Bar La Paca C/ Valverde, 36 - Madrid- |
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