martes, 12 de noviembre de 2013

Entrevista informal... lo normal



Entrevista a Stefano Presi. Guitarra, armónica y arquitecto de sueños.


Estoy al lado de Stefano, no tiene su guitarra al lado. Creo que es una persona que tiene muchas  cosas que decir. Creo que es una persona que tiene muchos silencios que contar con los dedos de sus manos. Aprovecho el momento y le hago una entrevista. Sin guitarra.

Entrevista con preguntas y respuestas… lo normal.



-        Cierra los ojos. Dime 5 palabras.

-      A modo de escritura semi-automática, dibuja un poemita con ellas, de no más de 5 semi-  automáticas líneas.

-        ¿Por qué crees que Carámbano es azul, blanco o transparente?

-        ¿Por qué crees que los abrigos de los niños son verdes?

-        ¿Qué crees tú que son los colores?

-        ¿Y la luz, qué es?

-        ¿Crees tú que se puede emplear la luz para escribir a modo de lapicero?

-        ¿Y hacer música a oscuras?

-        ¿Dónde vive Carámbano?

-        ¿Dónde  vive Stefano Presi?

-        ¿En qué lugar se encuentra, a tu modo de sentir, el punto de compatibilidad de las cosas?

-        Imagina un mundo sin música. Desarrolla la idea.

-        Las olas del mar, cuando se van. ¿A dónde crees que van?

-        Abre los ojos de nuevo. ¿Carámbano existe?

-        Un lujo lujurioso.

-        Para terminar hazte una pregunta, y responde lo que te parezca.


A las olas del mar lo que más les gusta es llegar a alguna playa.
Chocar con las rocas no les gusta, me lo revelaron un día, o una noche, no me acuerdo.
Cuando encuentran las rocas se ponen muy pesadas, y gritan, y patalean, hasta escupen de rabia.
Me dijeron que lo que les gusta es destenderse sobre una cama de arena.
Llegan muy cansadas, sabes?
Tras navegar entre barcos y ballenas, entre pulmones de delfines y minerales de coral.
Cuando llegan a la playa sólo les apetece descansar.
Y se hunden.
Y se depositan una encima de otra, debajo de infinitos granitos de vidrio.
Y esperan. Esperan a que un niño cargado de sueños, con su pala amarilla, vaya a buscarlas allí al fondo. Entonces las olas se ponen muy contentas.
Es aspiración de toda ola ser castillo, mansión, pista, o por lo menos montaña que cubre un par de pies descalzos.


Vivo en mi casa. o mejor, vivo mi casa.
Me gustan las casas.
También me gusta que la gente viva su casa, que no es lo mismo que decir que "la gente habite su casa".
Vivir, es mucho más complejo que habitar.


Nunca antes de este proyecto, había pensado en un carámbano. Supongo que le pasa a mucha gente. Uno no anda por la vida pensando que la vida sea en realidad como un cono invertido de hielo goteando.
De hecho ni sabía lo que quería decir esa palabra.
Cuando Javier del Sastre me habló de ella pensaba en una palabra inventada, y me gustó.
Luego me explicó su significado, y empecé a entenderlo todo. Poco a poco.
Ahora, mientras escribo, sigo dándome cuenta de cosas , cosas importantes.


Me imagino un carámbano azul, o blanco. Quizás de igual.


Carámbano realmente es un trozo de hielo, y todo lo que aquello conlleva.
Carámbano refleja las cosas del mundo.
Un carámbano también reflexiona sobre las cosas del mundo.
En ese sentido puede tener todos los colores que se puede imaginar.
Lo que yo puedo ver turquesas, otro lo puede percibir de color rojo, y llegar a gotear sangre.


Los colores. no sé.
Pero me gustan. Algunos más, algunos menos.


La luz.
La luz nos permite vivir, y hace que no veamos tantos fantasmas que por la noche habitan el techo de todas las habitaciones. Que no dejan dormir.
La luz crea el espacio.
La luz es volumétrica.
La luz tiene mucho genio, tiende a escaparse y meterse por todos los rincones. Si consigues domarla, te puede hacer muy feliz.


Sin duda.
Escribir, dibujar. El fin es lo mismo.
Cuando escribo también dibujo, es una especie de necesidad, por el miedo de no hacerme entender.
Escribir con rayos de luz. Estoy en ello, pensando en recuperar un método de los años 20, de Man Ray.
Escritura semi automática con luz. La llamaba rayografia.
O tipografía. O caligrafía...
Tampoco hay que darle mucha importancia, ni monumentalidad.
No es ningún oráculo que adorar.


"Un carámbano es un pedazo de hielo, pero es otra cosa".
En realidad es una metáfora, metáfora sólido-líquida.
Un carámbano está allí, donde seamos capaces y queramos verlo.
De hecho llevaba viviendo en mi trastero mil años, y yo, sin darme cuenta...
Pero vamos.
También hay que quitarle importancia a las cosas, incluso a las formas bonitas y luminosas como las de un carámbano.


La oscuridad no me gusta.
Me asusta, como a un niño.
No me gusta hacer casi nada a oscuras.
Ni escuchar, ni hacer música.
Mejor con algo de luz. Aunque sea una vela, alguna vela, o una mirada de atardecer.

Los colores están en nuestra retina.
Es fascinante saber que cada uno pueda ver una realidad con variaciones de tonos distintos.
Aunque me gusten los colores, lo mío es el blanco y negro.
De hecho, siempre hubiera querido ser pianista.


Un mundo sin música?
No quiero imaginarlo.
No me apetece el ejercicio.
Bueno... sin música artificial, o humanizada, tal vez.
Porque la música está en nosotros, si es que vivimos.


Te explico.
Es un pensamiento que tuve justo este verano, de esas cosas que se te ocurren y ya son parte de ti.
Estaba bañándome en el Mediterráneo, en Benicassim.
A veinte metros de la arena ya empezaba a no oírse el ruido de la gente. Escuchaba nada más que las olas que rompían contra mi cuerpo. O que me acariciaban sutilmente. Abrazos líquidos envolventes.
Decidí meter la cabeza debajo del agua y escuchar.
Si lo haces, mirando al cielo, por arte de magia desaparece todo.
Se anula el mundo, y el tiempo.
Y escuchas tu cuerpo. Puedes notar tu respiración, y tus latidos , hasta el ruido que hacen tus tendones tirando del músculo.
Todo resuena debajo del agua.
Es la música del cuerpo humano.
O ahora que lo pienso, también puede ser la voz del mar, y su corazón, o el de alguien que se esté bañando en el mar helado de Finlandia.
En efecto, ahora que lo pienso...


Qué es el punto de compatibilidad de las cosas? qué cosas? me gusta el blanco y el negro. Por lo general, son compatibles con todas las cosas.


Carámbano existe.
Claro que sí.
Todos los sueños existen.


Pregunta:
Estas feliz?
Respuesta.
Sí.


Los niños tienen abrigo verde porque así lo decidió Javier del Sastre, que es poeta y diseñador de moda, y costurero de heridas ventriculares. Pero en eso último, no es tan bueno que como diseñador.


Cumbre
Cueva
Sonrisa
Azul
Deseo


Desde la cumbre,
nada más que inspiración y expiración.
Y un deseo azul,
de horizonte infinito, indefinido.
Gotea y gotea, en la cueva oscura,
y se espera la sonrisa, por fin, de la vida
más allá de sus muecas engañosas.


Me han salido más de 5 líneas, pero al fin al cabo, los limites y los números no existen.

(J + S, noviembre 2013)











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