Javier del Sastre Alonso está sentado
frente a su biblioteca.
Yo aprovecho, como en venganza amistosa y con sonrisa irónica, de quien bien
le conoce, a devolverle ciertas preguntas a las que me debía respuesta. De
puntillas.
Los libros perfectamente ordenados, respiran cada centímetro cuadrado de
oxígeno al que puedan aspirar en aquella
extraña biblioteca. Biblioteca como un pasillo. Biblioteca como tubo extractor
de aire acondicionado. Sin condición.
Los libros arropan, susurran historias al oído, pasando a su lado.
Le pregunto, despacio:
Hola Javier. Contesta libera-mente a estas cuestiones.
Stefano Presi: Los libros hablan. Tienen voz distinta, de mujer, de hombre? Los libros
se pueden escuchar ?
Javier del Sastre: Los libros. ¿No podías haber empezado de otro modo?. Con ello se dice
todo, o nada. Ya nos podemos ir. Los libros son mi padre y mi madre, y los
tuyos también. Los libros son
hermafroditas. El libro es atreverse a soñar. Es el principio de los sueños, y
de todas las cosas, un hilvanar de hojas de papel de pájaros de papel. Si te apetece
tienen voz. Si te apetece son un verdugo. El libro perfecto es aquel voluminoso
ejemplar cuyas páginas están en blanco. Los libros huelen bien. No olvidemos
que el olfato es el más sutil y creíble de los sentidos inventados.
S.P: Carámbano. A qué huele un
carámbano?
JdS: Carámbano es agua. Carámbano es incoloro, inodoro e insípido. Para
tratar de buscar el olor de Carámbano te tienes que acercar, escuchar, sentir y
olfatearle, como los perros a las perras vagabundas.
S. P: Poética en clave de blues. Porqué blues?
JdS: Esa es una respuesta que solo tú puedes proponer. Carámbano se enroscó
en música de blues, y le sienta muy bien. Como traje de buzo ideal. Yo no
entiendo de blues, tampoco. No sé que responder, yo solo soy el dramaturgo.
S. P: Carámbano. Poética en clave de blues y la mirada de un gato. Argumentar.
JdS: Carámbano existe. Carámbano es capaz de resucitar cada día, también de
resucitar a los muertos, a su antojo. Carámbano anda sobre las aguas sin
dificultad alguna. Carámbano es todas las respuestas a todas las preguntas.
Carámbano es preguntarse lo que nunca te habías atrevido a imaginar. Carámbano
hace convertir lo sólido en líquido y viceversa. Carámbano son tres personas en
una, Stefano, Javier… y un gato. Carámbano empieza a darme miedo. Pensando en
la de veces que huí, siendo un chiquilindrín, de sombras teologizantes y ahora
me parece andar envuelto en religiones. Religión echa a machetazos de poesía.
Eso sí.
S. P: A qué huele cuando llueve?
JdS: La lluvia huele a lluvia cuando llueve por todas partes. La lluvia
huele a mujer recién duchada. La lluvia huele a travesura de las nubes,
mientras nos hacen fotografías de cristal, que todos nos difuminamos un poco en
ellas. Como fotografías de los sueños. La lluvia huele a llegar tarde y no importarnos.
S. P: Qué pasaría si hiciéramos un hueco muy profundo, muy profundo en la
tierra? Si viajáramos hacia su centro... o incluso más allá.
JdS: Ufff, esta es para Julio Verne, o para su colega Cortázar. Supongo que
además de cansarnos mucho no creo que encontráramos nada demasiado interesante.
Yo creo que los recónditos lugares se
pueden hallar detrás de las cortinas del salón, entre los cubiertos desordenados del cajón de la cocina, dentro
de unas medias de mujer arrugadas o en la escalera de tu casa, entre el segundo
y el tercer piso. Sin ascensor.
S. P: Ahora fíjate en las arrugas del palmo de tu mano. Describe la escena
que ves.
JdS: ¿Te refieres a las líneas de la palma de mi mano? Parece que hablas en
alemán. Nada. No veo nada. Dos manos sucias. También surcos de arado
tipográfico.
S. P: Se puede escribir con los silencios?
JdS: El silencio tiene que estar afilado adecuadamente. Para ello se
necesitan dos manos, una ventana entre abierta y un gran Saca-puntas de
silencios con la cuchilla sin estrenar. Cuando todo ello se conjuga, creo que
las mejores palabras para las mejores historias del mundo se escriben con los
silencios.
S. P: Qué piensas del alemán?
JdS: Sin entrar en pormenores acerca de la Literatura alemana, a la que amo
profundamente. El alemán es el idioma perfecto. El paradigma de la incomprensión
correcta. Me gusta hablar en alemán, como a ti.
S. P: Las nubes. Qué sabor tienen?
JdS:Las nubes son trenes de vapor. Las nubes viajan por encima del tiempo.
Es como aquel que se disponía a embarcar cierta vez en un tren en la estación de
Kingston en 1890, y por error embarcó en una nube. Pues aquel tipo puedes ser
tú mismo. Las nubes deben saber a vías de tren. O a vapor.
S.P: Hazte una pregunta, y contéstala tu mismo.
JdS: ¿Capital de los sueños de marfil?
JdS: Ouadagoudoú, creo. Un lugar cerca de la
costa de la costa del marfil. Se nos hace tarde.
(J + S, noviembre 2103)
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